Padecimientos que requieren corticoterapia sistémica prolongada, como: artritis reumatoide, padecimientos de la colágena.
Enfermedades del aparato respiratorio, como: asma bronquial, enfermedad fibrosante del intersticio pulmonar, bronquitis crónica, enfisema.
Enfermedades de la piel: urticaria, eccema, psoriasis, rosácea.
En padecimientos sistémicos: lupus eritematoso sistémico, dermatomiositis, esclerodermia (o esclerosis sistémica progresiva), colitis ulcerosa idiopática.
En el tratamiento de afecciones osteoarticulares que requieren administración local y prolongada de corticoides.